De cómo el pequeño islote rocoso al que conocemos coloquialmente por El Morro; realmente se llama FARALLÓN DEL OBISPO.
A mediados del S. XVII, debido a un fuerte e implacable temporal acompañado de torrenciales lluvias que ya había durado varios días; se encontraba la población en total desolación y en completo desánimo.
El sacerdote de apellido Olaguíbel tomó la decisión de emprender una peregrinación en una barcaza hacia el noreste de la bahía únicamente acompañado por dos mulatos; para pedir a través de rezos y plegarias que cesara por fin el mal tiempo.
Sin embargo, tan mala suerte tuvo, que emprendiendo el retorno hacia el puerto; arreció la torrencial lluvia acompañada de fuertes vientos y un fuerte oleaje, volteando la barcaza en la que iban los tres desafortunados que murieron ahogados. Ante tal trágico suceso, la población decidió llamarle en su honor; Farallón del Obispo, pues era una persona muy estimada y querida por los lugareños.
Fuente: Memoria de Acapulco. Alejandro Martínez Carbajal / Historia de Acapulco. José Manuel López Victoria.